miércoles, 17 de septiembre de 2008

PROBAR QUE SOMOS

Vivo sin vivir en mí
y de tal manera espero
que muero porque no muero.
San Juan de la Cruz



Si declaramos el fin de la palabra escrita
se verían obligados los versos
a competir con los fantasmas de los espíritus
a susurro limpio y grito por el universo.


Si se sintieran desnudos hasta el temblor
o por el contrario
dormidos regresan al momento primordial de la tierra.

Si en la locura espiritual de las bondades
fuéramos nosotros los humanos
convertidos en ángeles que pasan
escalofríos de sustos y desesperanzas.

Si nos hacemos flor amarilla
raya en el horizonte
chisporroteo de sol
vapores mar arriba
nubes saladas
peces poblando el cielo.

Si es solo la palma de la mano con líneas infinitas
las que suben a enredar aspiraciones escondidas
y las cuelgan al viento entreveradamente.

Si primero existo y luego por eso mismo no existo.
Perdemos la manera de probar que somos nosotros
los que deambulan entre la vista y la nada.

Si al fin seremos el amasijo
que básicamente fuimos al origen y al final.
Es decir, el verso y la arcilla
la arena y la ola
la concha serena de guardar la vida.

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