viernes, 20 de junio de 2008


A CARA O CRUZ


Un día como todos los días de esta vida.
No pido nada mejor. No quiero nada mejor.
Roberto Fernández Retamar



Quedan las veredas después del aguacero
junto al reloj de arena que guardamos
en el pecho para los aniversarios.
Queda la memoria.
Todo lo que somos un atardecer
cuando el ánimo decidió nuestras vidas a cara o cruz.
Apenas conocimos lo más importante para lo que somos.
Solos, con miel en el hueco de la mano
y el cántaro hecho añicos, nos hicimos.
No me canso luego de haber odiado por haber amado tanto.
Los amaneceres parpadean sobre dos plumas de flechas
venidas a ser alas de corazón sin dar en el blanco.
La vela en el campo de trigo
el vuelo a ras de la paloma ciega de soles en los ojos.
Soles empedernidos con claveles en el aljibe
vidrios al alcance de las manos, del temblor y los anillos.

AMARTE



Amarte me hace eterno y mientras tanto
amarro vidas con versos infinitos.
Mis vidas (las que necesito).
La voz desnuda duplicando soledades
por la senda del hombre con el alma de la mano.
Gracias, amigo, dirías. No estoy sola porque vengo
con la vida entre los dedos y el arpa.
La ola tensa, el hilo de Ariadna.
Deshechos los pequeños laberintos des/andados.
La huella marcha atrás.
Desciendo de mi vida en la montaña.
Llego a la semilla plantada desde árbol rompiendo el suelo
donde vuela sin saber mi regreso a los comienzos.
Mi amor de mar, de/vino en lago.

EYES


Can these doves work as flowers
For you
Mairym Cruz-Bernall



The little spark coming down the night.
Still, the falling star in the lake.
The boat beating up the water fall
the rock, the creek, the brook,
the stream in the shivering live.
I can feel hands on my hands.
Holding down the rowboat of my heart
crafting gods in the darkness
the meadows' god
the pebbles' god that I want.
Nobody is dying.
No sun needed to open the doves,
I mean, the morning of your eyes.

AMANECER


Y mil años después de la partida,
se verán tus hechizos vencedores,
y cuánta razón tuve en ser tu amante.
A Victoria Colona
Michelangelo Buonarroti


Resulta que tus ojos fueron
la bahía al despertar.
Los peces con sus versos
desgajados por el viento
en el agua profunda,
son la misma caracola que Alfonsina
sembró de besos
con sus senos en el mar.

MIS RÍOS


Mi puente es de la vida
mis ríos son de felicidad.
Esa amalgama de insectos
en las flores de la noche.
HUELLA

Voló de mí en la mañana.
Sólo me queda la huella
honda de su partida
durmiendo en la almohada.