jueves, 18 de septiembre de 2008

EN EL PUÑO DE MI MANO


La casa con tejas rojas de Toulouse-Lautrec
con girasol y oreja sola
cielo violeta en el pecho de la bailarina rasgada
en la pequeña nube al pastel.
Los arlequines con saltos triangulares
me dejan sin caminos conocidos para existir.

Si duermo hasta el amanecer tendrá que ser en ti
como en la tabla del mar salvaje
los chorros encendidos dejarán los ojos.

Lo tengo todo en el puño de mi mano,
no necesito nada.
En ella llevo el almuerzo, hago el amor
tiendo mi cama.


LOS AMIGOS DE PARÍS

Para Montesino,
el hermano de siempre.



Mi amigo Allain llegó anoche de París
nos dio la mañana hablando de la tarde
en que conocimos a Michel Foucault.
Nos dijo, en esa mesa pintó Piet Mondrian.
Allí escribió Vallejo
su toz de tungsteno bajó los Andes sin prisa
para morirse en París con aguacero.
Lenin musitaba cada noche y tomaba, a la barra un té
Nadie sabe nada a esta hora.
Søren Kierkegaard examina nuestras existencias
salva a Hegel en el más acá.
Hume no dice nada.
Vayamos al parque para el café.
Mirémonos desde lejos
La Nausea, Bergson de la mano con Sartre.
Las historias infinitas, la locura
las cárceles en la soledad, la muchedumbre,
barras paralelas hasta el infinito.
Also sprach Zarathustra, la visión del enigma.
Los siete sellos. El tiempo medido a vida.
Superhombres congelados en el grano de maíz
se cruzan: unos que vienen, otros que van.
La huelga de los estudiantes, el viaje a España, Yves Montand.
Dónde doblan los caminos para llegar al mar.
(Este Napoleón, muerto, vive mejor que Francia)
los impedidos lo ven pasar.
¿Existirá mi amigo Allain?
Ha concluido el aguacero y no acaba de llegar.
DENTRO, EL MAR

Para Cheo



Me naufragan sentimientos que debieran ser
el triunfo del viento y la navegación.
Sin posarse las ideas regresan
a nacerse en los escaramujos.
Es decir, el triunfo de las conquistas.
También mi amigo eterno busca el pez de la vida
en la noche mientras sueña
con su propia cuerda cortando el mar.
MAESTRO


Es la pregunta de la hormiga
debajo de la lengua de los pájaros.
El ácaro que obliga a batir el ala
a inventar el vuelo para crear el sueño
la vida universal en una sola palabra.
MI PADRE ESPERABA POR LA LLUVIA

Here I am, an old man in a dry month,
Being read to by a boy, waiting for rain.
King Lear
Shakespeare



Hay meses convertidos en lagartos
esperando por la lluvia.
La boca abierta y no llegan
la garganta seca y no llegan
las gotas del tiempo.
La sed envejecida con los años
por el gesto olvidado del agua
confunde la tranquilidad y el silencio.

Alguien recoge cactus en el desierto
confunde arena con el trigo, maíz con el oro
el sol con el ojo apacible de este mundo.
Leía a mi padre El Rey Lear y se enteraba con los ojos
de cada verso hasta darme cuenta
que esperaba inasiblemente la noche cuando dijo:
crucé el desierto sin versos
como un viejo esperando por la lluvia.
AUSENCIAS


Azul seremos para habitar este mar
inundado por el amor y la esperanza.

Transparente la casa que habitaremos
junto al tiempo, el agua y las palabras.

Terrenales los cuerpos cotidianos
mitad vida, mitad brisa suave bajo el ala.

Mi madre desde los galeones resbalando en el puerto de Palos
mirando temerosa los pañuelos y las gaviotas.
El largo ruido transversal de la vida sobre el rubor de las olas.

Los miedos conquistados
mi padre en el horizonte alcanzable de la espera.

Los sillones del portal aún se balancean vacíos
ante la siesta incorruptible que los desvela.