jueves, 18 de septiembre de 2008

AUSENCIAS


Azul seremos para habitar este mar
inundado por el amor y la esperanza.

Transparente la casa que habitaremos
junto al tiempo, el agua y las palabras.

Terrenales los cuerpos cotidianos
mitad vida, mitad brisa suave bajo el ala.

Mi madre desde los galeones resbalando en el puerto de Palos
mirando temerosa los pañuelos y las gaviotas.
El largo ruido transversal de la vida sobre el rubor de las olas.

Los miedos conquistados
mi padre en el horizonte alcanzable de la espera.

Los sillones del portal aún se balancean vacíos
ante la siesta incorruptible que los desvela.

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