jueves, 3 de julio de 2008

SOLEDAD CON BARCO

El mar ha puesto de pie
al Insomnio sobre una ola
y las gaviotas clamorean de hambre.
Juan Bañuelos



No te quedes sola,
la soledad no tiene amigos.
No te habla ni te da la mano.

Torna las fantasías innombrables
porque rompe con el vidrio de los ojos
los nombres de mujer.

Te entrega a los amores perdidos.
Transita por la sangre como un cuchillo fino
de hacer el amor sobre una tabla en la tormenta
y la espuma en la cresta de la ola.

Una noche nos cuenta qué nos sucederá mañana
adivina lo hecho cada minuto de nuestras vidas.

A veces queda en el recuerdo.

Nos desborda con el tiempo hasta dejarnos sin miedo
de contar las estrellas que se acaban
en la tragedia de encontrar la medida de un abrazo.

Nos convierte en la raíz inversa de los árboles
con esa envidia del fruto entre las frondas.
La sombra de los enamorados y los insectos.
Los padres que nos quisieron
(los que no nos quisieron tanto).
El triunfo sobre cada día en la batalla de Trafalgar.

Alguna vez te he amado
porque entiendo tanto o más tu ausencia
que el ala regresando posada sobre un barco.

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