jueves, 3 de julio de 2008

LA ESPERA


Estoy frente al lago que al final es una gota en el mundo.
La sed se muere en la orilla de mirar los peces en el agua.

Estoy sin sol y sin árbol, a pleno horizonte rasgado sin piel.

Estoy desnudo frente al lago, indefenso a la mitad
la noche en blanco dobla una vez más el alma
en los barrios colgados al atardecer.

La memoria se esfuma con el pez del recuerdo
huyendo del aire para respirar.

Alguien espera al otro lado del lago.

Le falta el aire, dice.
Salva la asfixia del beso con su aliento
duerme sobre las piedras sin olvido
deja el canto sin voz.

Nos sabemos tanto que sembramos una oreja en el jardín.
A pesar de un corazón sin techo latimos paso a paso
abrimos verjas sin hogar
tendemos puentes para el viento sobre el lago.

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